sábado, 10 de agosto de 2013

 Oh bueno aquí estoy intentando decirte cuánto te quiero, sos más que mi amigo, no me importa lo que digas. Te quiero demasiado, casi con locura, te quiero tanto que ya no me preocupo por mí, dejo de sentir y de pensar si no es por vos. Una enfermita sin dudarlo, pero así me siento.
 Te idealicé tanto que me es imposible pensar o suponer que en algún momento fuiste humano. y estoy segura que jamás lo fuiste. Así medio embriagada, medio dormida, te digo te amo. Te amo.

 Te digo te amo y me río por dentro, no te amo, no me importas una mierda, no sos nada para mí, sos lo más parecido a esa cosa que creé, esa cosa que habita en mí, esa cosa que amo con locura, enfermiza locura, esa cosa que no es otra cosa que yo misma, sos otra forma de darme amor. Sos un objeto más de todos los objetos que me rodean. Sos como todas las fotocopias que estoy comprando o los cuadernos que estoy llenando para demostrarme lo inteligente que soy, sos como la ropa que compro cuando estoy de humor y amo mi cuerpo, sos como los castigos que me pongo porque me amo y sé de lo que soy capaz, de todo mi imaginario potencial.

 Sos una voz más en mi cabeza que debe hacer lo que las otras voces hacen, debes amarme como si fuera algo especial, como si no hubiera nadie como yo. No hay nadie como yo.

 Tengo muchos fantasmas, monstruos y demonios recorriendo los pasillos de mi mente y diciéndome todas las deficiencias que tengo, a vos te voy a usar de otra manera, vos tenes que ser de esas cosas que me aman. Tenes que ser así, sino no me servís, como no sirvieron muchos antes de vos.

Sos de esas hermosas mentiras que me digo cuando temo no estar viviendo lo suficiente, sos lo más parecido a un buen amigo imaginario.

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