El mundo se derrumba a mi alrededor y lo único que quiero es dormir.
Sé de lo que soy capaz y lo lejos que estás y de lo poco que me importa y de lo lejos que te vas y de todo lo que sufro y de que ya no estás más y todo lo que te podría extrañar.
Pero no lo hago.
Aprendí a estar sola, a ser abandonada, a ser olvidada, a olvidarme, a no llorar. A mentir (a morir) un poco cada día.
Aprendí a sonreir a la nada y cada día que pasa recuerdo el por qué de que me guste tanto compartir mi vida solo con los extraños.
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