miércoles, 4 de mayo de 2011

Él y yo

Para comenzar todo, se debe aclarar que él y yo no nos sumamos, nunca nos podríamos sumar, jamás ni en mis más locos sueños seríamos realmente nosotros, por lo que cada vez que pensé nosotros me equivoque.
Quedó bien claro en una fiesta que él no se me iba a acercar, y dejé bien en claro que no soy capaz de dar un primer paso (no lo hago por vergüenza, sino por orgullo), (eso lo tendría que explicar mejor, pero no en este momento), también había llegado (yo) a la conclusión de que no nos complementábamos, sino más bien que eramos semejantes (él y yo, no nosotros)...
Sin embargo bastaron quince minutos para darme cuenta de que, a pesar de nuestra similitud, me atrae muchísimo, más incluso que muchísimo, no siento amor por él sino que con sólo mirarme y sonreírme con su boca de pato, me da vuelta el mundo, siento deseos de comerle la boca, de dominarlo que sea todo mío y a la vez contra eso me revelo, no quiero ser la que lo incite (bien sé que no sabe decir que no), la que entregue todo sólo por entregarlo, sin que me lo pida, ya que no es exactamente lo que él quiere en ese caso, sino lo que tiene a mano, quiero que él me busque y me incite, y que de verdad quiera usarme a mí.
Estoy hablando por un lado con el orgullo como vocero y por el otro conociéndome y conociéndolo y demostrando que si bien no somos complementos, la podríamos pasar muy bien porque entendemos lo que siente el otro...lo veo bastante improbable que suceda, teniendo en cuenta que ninguno va a dar el primer paso, pero si después de que me guste hace ya cinco años (aunque más en serio hace casi tres), me puede hablar y logra que me ponga colorada significa que sigo sintiendo algo fuerte por él y es solo cuestión de que se de cuenta y tome el primer paso, no quiero nada más que una humilde y tímida señal de que soy una parte de algo de lo que de verdad quiere.

No hay comentarios:

Publicar un comentario