Estaba sola en ese lugar, andaba por donde quería, hacía lo que quería. Nada importaba realmente, mañana no existía, ayer tampoco, todo era genial, ella se sentía genial...
Un día dejo de ser así, no había nadie y ella igual se sentía abrumada por personas, por cosas, demasiadas, por todos lados, no podía respirar, no podía más. Si hubiese habido alguien más hubiera podido percatarse de lo extremadamente exagerado de su respiración, hubiera podido contar sus costillas tranquilamente.
Ella no lo hubiese notado observándola, estaría demasiado preocupado respirando, no podía pensar y respirar, necesitaba respirar, solo respirar, su ropa la sofocaba, le quitaba aire, se la sacó. Su piel la sofocaba, le quitaba aire, se la sacó. Su sangre la aliviaba, la hacía más frágil, la hacía sentir mejor.
Estaba sola en este lugar, sin nadie alrededor, pero rodeada de seres, caminaba temerosa, oía atentamente cada silencio, observaba todo lo más detalladamente que sus ojos le permitían, utilizaba sus sentidos desesperamente. Era solamente un animal asustado.
Lloraba y se asustaba más, cada vez había menos aire, cada vez había más gente, cada vez se sentía más sola.
Jamás pensó antes en su vida, jamás pensó antes en que iba a pasar cuando volviera a abrir los ojos, jamás se sintió más cansada, jamás hizo menos cosas...andaba por ahí con una sonrisa dibujada, dibujada con qué? Ahí no había nada.
Estuvo días y días, semanas, años, ella no lo sabía, no sabía que existían los días, los meses, los años, ni siquiera los segundos o las horas, hasta entonces.
Ahora los contaba, contaba cuánto faltaba para mañana, cuánto había pasado de ayer, cuán lejos estaba del fin, del limite del camino, del precipicio al cual debía avanzar para que todo acabara, para estar verdaderamente sola.
Se propuso seguir avanzando, caminar a paso firme, correr, arrastrarse, pero llegar a ese fin...
Si alguien de verdad hubiera estado ahí, la hubiera visto caminar mientras se deshacía, caminar cansada, caminar dormida, pero siempre caminar, ni los ruidos que creía escuchar la hacían retroceder..tenía la idea de que en frente a ella estaba lo mejor.
Camino sin parar hasta que en un momento no pudo más, su cuerpo agotado cayó, y ella pudo ver como había llegado al fin del camino, como se introducía en el precipicio, como iba a poder descansar finalmente, sola y tranquila de nuevo.
Ella estaba sola, ella no existía realmente.
Sin embargo esa noche en otro lugar, alguien se sobresaltó en sueños y aún entre sueños sonrió y siguió durmiendo.
Ella ya no podía torturarse.
Y alguien sonrió y durmió como idiota, como si algo que le oprimía la cabeza hubiese muerto. Como si algo que no existía hubiese dejado de existir realmente.
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